La infancia de Jesús en Nazaret. Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea. El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.
¿Quién no quisiera tener un hijo, como éste niño?
Lleno de amor, y ternura, en la casa de Nazaret.
Con esa Madre, ¡María! y el bueno de San José.
Y ¿cómo no se combirtierón, las malas gentes al verlo?
Esa criatura que de los cielos bajó.
La gracia trajo a raudales, y con ella nos libró.
Las gentes de los lugares, cómo no se anonadó...
Si tan cerca estaba la prenda, qué al corazón nos llamó
¡Hay María! con éste Niño Precioso.
qué con tanta bendita gracia nos dice.
Mi Madre, ha echo un rosco de bizcocho.
Entrar, y lo bendigo, después lo partiré.
Autora: Mercedes Ramos
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