Señor mío Jesucristo
Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias y luego exponer el favor
que se solicita en esta Novena. Concluir con la oración de cada día de la Novena.
ORACIÓN PARA CADA DÍA
Bendíceme, Niño Jesús y ruega por mi sin cesar. Aleja de mí, hoy y siempre el pecado. Si tropiezo, tiende tu mano hacia mí. Si cien veces caigo, cien veces levántame. Si me dejas Niño, ¿que será de mí? En los peligros del mundo asísteme. Quiero vivir y morir bajo tu manto. Quiero que mi vida te haga sonreír. Mírame con compasión, no me dejes Jesús mío. Y, al final, sal a recibirme y llévame junto a Ti. Tu bendición me acompañe hoy y siempre. Amén. Rezar un gloria.
Bendíceme, Niño Jesús y ruega por mi sin cesar. Aleja de mí, hoy y siempre el pecado. Si tropiezo, tiende tu mano hacia mí. Si cien veces caigo, cien veces levántame. Si me dejas Niño, ¿que será de mí? En los peligros del mundo asísteme. Quiero vivir y morir bajo tu manto. Quiero que mi vida te haga sonreír. Mírame con compasión, no me dejes Jesús mío. Y, al final, sal a recibirme y llévame junto a Ti. Tu bendición me acompañe hoy y siempre. Amén. Rezar un gloria.
Divino Niño Jesús Verbo Eterno del Padre, que para librar a nuestras
almas de la esclavitud del pecado quisisteis tomar nuestra carne, padecer y
satisfacer por nosotros a la divina Justicia, y haceros así nuestro ejemplar:
concededme la gracia de corresponder a tan gran misericordia, y llevadme de las
criaturas a Vos; libradme de la fascinación de los sentidos y haced que vea y y
reconozca en Vos el objeto de mi vida para merecer poseeros y gozaros en el
cielo. Amén.
Dulcísimo Niño Jesús Dios y Salvador nuestro, que quisisteis
nacer en un establo y en los rigores del invierno, sujetándoos desde los
primeros instantes de vuestra vida a la pobreza y a los padecimientos:
desasidme de los bienes y goces de la tierra, libradme del amor a lo carnal y
mundano y haced que os siga en todos los padecimientos y humillaciones de la
vida, para merecer participar un día de vuestra eterna gloria. Amén.
Poderosísimo Niño Jesús Hijo del Padre celestial, que vinisteis
al mundo para cumplir los designios eternos de salvar al género humano y
cifrasteis vuestra gloria en hacer la voluntad de Aquél que os envió: haced que
pueda yo también cumplir vuestros designios acerca de mi, y que me conforme con
vuestra voluntad, mirando en todo mi salvación y la de mis prójimos. Amén.
Misericordiosísimo Niño Jesús Creador y Redentor mío, que habiéndoos
hecho visible a los hombres y conversado con ellos, los reunisteis para formar
una sociedad que sea con Vos una sola cosa, como Vos sois una cosa sola con el
Padre celestial: no permitáis que me haga indigno de pertenecer a esta sociedad
de que Vos sois cabeza y fundador, y de ser miembro de vuestro místico cuerpo la Santa Iglesia ,
nuestra buena Madre. Amén.
Piadosísimo Niño Jesús divino Salvador de los hombres, que vinisteis a
la tierra para la redención de todos ellos, y confiasteis a vuestra Iglesia el
modo de conducirlos a la participación de la redención universal: haced, Señor,
que los que no tienen la dicha de pertenecer a la Santa Iglesia acudan
a esta vuestra amada Esposa para alcanzar su salvación, y que los que a ella pertenecen,
pero desgraciadamente están faltos de la vida de la gracia, saquen de las
fuentes de misericordia, que tenéis siempre abiertas, el inestimable beneficio
de la eterna salvación. Amén.
Bondadosísimo Niño Jesús resplandor del Padre y vivo retrato de
su sustancia, que descendisteis del cielo a la tierra para servir a los hombres
de camino, de verdad y de vida: restableced en nosotros la imagen divina,
oscurecida y desfigurada por el pecado, y guiad todos nuestros pasos para que
reconozcamos en Vos el único objeto de nuestra vida en la tierra y de nuestra
esperanza en el cielo. Amén.
Benignísimo Niño Jesús Príncipe de la paz, que al momento de
llegar Vos al mundo anunciaron ya los ángeles la paz a los hombres de buena
voluntad: reconciliad con la
Divinidad a los pecadores, dad la paz a su conciencia,
luz a su entendimiento, fuego de caridad a su corazón, para que vuestro
glorioso Nacimiento obre en todos los hombres los efectos que el anuncio
angélico produjo en los pastores que os adoraron en el portal de Belén. Amén.
Amabilísimo Niño Jesús Esposo divino de nuestras almas, que
después de haber venido para salvar a los hombres, vendréis nuevamente a
juzgarlos , manifestando los esplendores de vuestra eterna generación del
Padre, que ocultasteis para haceros accesible a los hombres, y haréis brillar
toda vuestra gloria para confusión de los que hayan abusado de vuestra gracia:
ayudadme para que siga ahora vuestras inspiraciones, Redentor mío, y pueda
veros aquel día como Juez benigno y apacible. Amén.
Amorosísimo Niño Jesús Hijo de Dios desde la eternidad, e Hijo de
María en el tiempo, que encarnándoos en su seno purísimo recibisteis de Ella la
más admirable y respetuosa acogida que pueda haceros jamás criatura alguna:
concededme que yo también os acoja con la firmeza y caridad que encontrasteis
en la Virgen
Santísima ¡Ah Salvador mío! Así como nacisteis realmente
por María a la vida corporal, naced, os lo ruego ahora, espiritualmente en mi
alma y llenadla de vuestra gracia para que corresponda siempre a vuestras
inspiraciones. Amén.